Consejos para abrigar a tu bebé
Los bebés recién nacidos poseen una serie de condiciones que hacen que debamos abrigarlos de una manera muy concreta para hacerlo correctamente. En los primeros meses de vida de tu bebé, éstos no tienen prácticamente grasa que le ayude a reponer el calor a lo que se une que su sistema de termorregulación todavía no funciona de manera óptima. Además, prácticamente no se mueven, no caminan y en consecuencia no generan calor.
Esto no significa que debamos sobreprotegerlo con mucha más ropa de abrigo de lo habitual, ya que podríamos provocarle una subida temporal de su temperatura causándole febrícula. Los expertos recomiendan que lleven una capa más de la que llevaríamos nosotros para protegernos del frío. Además, si tenemos necesidad de ponernos un gorro o una bufanda para abrigarnos, también habrá que ponérselo al bebé.
Además, los golpes de frío en el caso de los recién nacidos pueden provocar enfermedades. Por ese motivo, hay que tener cuidado con los cambios bruscos entre ambientes caldeados y ambientes fríos. En caso de que salga el sol debemos aligerar un poco la ropa y si os pilla en la calle podemos quitar la manta, aunque en estos casos la mejor opción es tocar la frente del bebé y tirar mucho de sentido común.
Abrigo para el bebé
Para el abrigo del bebé existen una gran variedad de productos que se adaptarán a todas las edades y condiciones climatológicas que puedan sobrevenir. Hablamos de arrullos de bebé, edredones, fundas y rellenos nórdicos para cuna, mantas de bebé, sábanas y bajeras de cuna, sacos de dormir para bebé o sacos nórdicos de cuna.
También existen toda una serie de productos que se harán indispensable en el descanso de tu recién nacido y relacionados con la protección de la cuna. Es el caso de almohadas especiales, cojines para bebé, colchones y cubrecolchones de cuna y sus respectivos protectores. Elementos que también serán decisivos en la temperatura y el acondicionamiento de tu bebé.