Cuando decides comprar unas sábanas de seda estás haciendo una inversión a largo plazo en tu comodidad personal. Las sábanas de seda son suaves y agradables a la piel, retienen el calor en invierno y mantienen el cuerpo fresco en verano. Muchos de los consumidores piensan que las sábanas de seda son demasiado delicadas a la hora de lavarlas y cuidarlas y por eso deciden no comprarlas. Pero la seda no sólo es uno de los tejidos más resistentes, además no tiene arrugas molestas como otros tipo de sábanas. Unas buenas sábanas de seda de gran calidad pueden proporcionarte toda la comodidad que necesitas a la hora de dormir sólo tienes que seguir unos sencillos consejos que te ofrecemos para cuidar tus sábanas y mantenerlas en perfecto estado.
Después de la compra y de algunos usos te recomendamos que laves las sábanas de seda a mano, las primeras veces. Así ayudarás a proteger el brillo de la seda y a suavizar las fibras. Simplemente tienes que utilizar agua tibia y un detergente biodegradable suave o un detergente especial para la seda. Evita frotar la tela con fuerza y no dejes la tela en remojo mucho tiempo. Para escurrir las sábanas utiliza unas toallas grandes, no uses las manos pues ejerciendo demasiada presión las puedes dañar.
Tras los primeros lavados a mano podrás meter las sábanas en la lavadora. Simplemente tienes que utilizar el ciclo de lavado delicado y agua tibia. Lo mejor es lavarlas sin ninguna otra prenda o si es así con toallas, que son prendas suaves. Utiliza un ciclo de centrifugado sólo para preservar la integridad de la tela.
Para secar las sábanas mantén las sábanas fuera de la luz solar directa, ya que el tejido puede dañarse y el color desaparecer. Si no tienes tendedero exterior o el tiempo es malo, puedes utilizar la secadora ajustándola con la temperatura más baja o colocarla en modo «al aire».
Puedes planchar las sábanas de seda cuando estén todavía húmedas, aunque en la mayoría de los casos no es necesario plancharlas porque siempre vuelven a su forma.