Seguramente sepas que los colores nos afectan en nuestro estado de ánimo, por ejemplo los tonos violetas proporcionan una mayor concentración y hacen que trabajemos más inspirados y los colores rojos nos llenan de entusiasmo y energía. Como ocurre con estos dos colores, en el resto de la paleta pasa igual. Por ello el color con el que decidas pintar el dormitorio y la habitación infantil influirá mucho a la hora de dormir, en la cantidad y calidad del sueño.
En Travelodge han hecho un estudio sobre cómo los colores afectan en el sueño y hemos querido hacer una recopilación de los aspectos principales.
El color amarillo es un buen color para las habitaciones porque equilibra el sistema nervioso, aumenta la confianza y alegría y nos libera de tensiones. Sin embargo, no lo recomiendan para las habitaciones donde duerman bebés porque los hace llorar.
El color azul es el mejor para conciliar el sueño, ayuda a dormir tranquilamente y también a aliviar tensiones. El estudio indica que un 58% de las personas que tienen el dormitorio azul duermen más y se despiertan con sensación de felicidad.
Otros colores que recomiendan utilizar son el verde, el gris y el naranja siempre con tonalidades suaves que no sean demasiado estridentes. El verde es un color relajante, calmante y revitalizante; el gris es el color inductor del sueño y el naranja aporta optimismo, relax y es un color anti-fatiga.
Los colores a evitar son el morado porque puede provocar pesadillas, el granate porque es sombrío y aporta aburrimiento, el marrón porque se relaciona con la melancolía y la depresión y el rojo porque en vez de aportar tranquilidad, es un color que trasmite energía, pasión y vitalidad.
Fuente: Travelodge