La pintura de pizarra es un elemento muy económico que sirve para decorar o restaurar cualquier espacio de la casa desde paredes hasta muebles. De unos años hasta ahora no hay quien no conozca la pintura de pizarra más allá de las que teníamos en el cole que utilizaban nuestros profes para dar clase.
La pintura de pizarra cubre perfectamente cualquier tipo de material y tiene la ventaja de que cuando está muy gastada o vieja y las marcas de tiza ya no se van puedes darle otra capa de pintura para que se quede como nueva.
El dormitorio infantil es uno de los espacios de la casa donde más divertido es su uso. Pintar una pared de pizarra, un mural o simplemente un muro de la habitación puede ser el lugar perfecto para que los niños desarrollen su creatividad y su imaginación. En la pizarra podrán dibujar y colorear todas sus creaciones y jugar con la compañía de otros amigos o con mamá y papá. También está la alternativa de que los padres diseñen con tizas un auténtico mundo de fantasía sobre las paredes.
Además de la habitación de los niños, cualquier otra estancia puede ser buen soporte para pintar con pintura de pizarra. Poner una frase ingeniosa con tiza en la entrada de la casa puede ser una original forma de decorar. Al igual que lo puede ser poner el menú del día en la pared de la cocina o la lista de la compra para que a nadie se le olvide comprar los cereales antes de llegar a casa. Hay tantas aplicaciones como podáis imaginar, sólo hace falta un poco de inspiración y creatividad para crear algo atractivo y original. Además de pintar con las tizas tradicionales, podéis comprar rotuladores especiales para perfeccionar vuestros dibujos sobre esta bonita y divertida base.